El poeta local Carlos
Pellicer luchó para recuperar las reliquias de este destino que tenían un
futuro incierto. La mayoría fue trasladada a Villahermosa. Después de un
cabildeo continuo, La Venta finalmente abrió sus puertas en 1958; muchos
tesoros olmecas originales fueron trasplantados al maravilloso jardín tropical.
Situado a orillas de la Laguna de las Ilusiones, La Venta muestra tanto la
naturaleza como el esplendor nativo de los Olmecas, y continúa siendo uno de
los atractivos ecológicos y arqueológicos más agradables de México. No puede
ser pasado por alto en tu visita a Tabasco.