- Cacao -

El cacao, el principal ingrediente del chocolate, ha jugado desde la antigüedad un papel fundamental en la cultura de México. Es la semilla seca del árbol de cacao que se usa para obtener la cocoa en polvo y posteriormente el chocolate. Su árbol es un árbol floreciente tropical nativo del continente americano. Su nombre científico, theobroma cacao, significa “alimento de los dioses”. El procesamiento de esta delicia y su uso culinario pueden rastrearse a las antiguas culturas que una vez habitaron los actuales centro y sur de México.
El árbol de cacao puede crecer hasta una altura de seis metros, y sus semillas o granos se contienen dentro de la vaina del árbol. Cada vaina contiene entre 30 y 50 semillas. Los árboles de cacao maduros se pizcan varias veces cada temporada, típicamente entre octubre y abril. En México, se cultivan al norte en Veracruz, en la costa central del Golfo de México y en Colima, en la costa central del Pacífico. México ha producido cacao durante más de 3 mil 500 años; sin embargo, y a pesar de su larga historia de producción, el país actualmente produce menos de uno por ciento de cacao en el mundo. África y Asia producen la mayor cantidad.
Se cree que los olmecas fueron los primeros mesoamericanos en cultivar y usar el árbol de cacao. La olmeca fue la primera gran civilización en habitar México, y vivió su esplendor entre 1 500 a.C. y 400 a.C. Se asentó en las áreas tropicales bajas del centro y sur de México, en donde ahora se encuentran los estados de Veracruz, Tabasco y Chiapas.
El árbol de cacao sólo crece en climas cálidos y tropicales. La presencia de cacao en la región fresca y seca del altiplano central mexicano derivó del comercio entre los mayas en la región costera y los aztecas en los altiplanos centrales. Los mayas desarrollaron rutas comerciales para transportar el cacao a otras regiones más lejanas de México y Centroamérica y al hacerlo transmitieron a los aztecas del centro de México el uso del cacao como bebida, ofrecimiento ritual y moneda.
Los aztecas fueron un grupo nómada que se estableció en las islas del Lago de Texcoco en el Valle de México, en los altiplanos centrales. Para el siglo XV, se habían convertido en la civilización más poderosa de la región y gobernaban la mayor parte del centro de México. Los aztecas construyeron su capital, Tenochtitlán, sobre lo que ahora es el centro histórico de la ciudad de México. Se cree que la antigua ciudad azteca de Teotihuacán, justo al norte de la ciudad de México, era el centro de comercio de cacao en la región.
Teotihuacán es el sitio que aloja la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna. Nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, originalmente cubría un área mayor de 21 kilómetros cuadrados. La Pirámide del Sol es la tercera pirámide más grande del mundo y una de las principales atracciones para los visitantes de la ciudad de México y el centro del país. Se trata de una maravilla arquitectónica, construida sin herramientas metálicas, animales de carga o ruedas. Teotihuacán es un importante destino de peregrinaje que atrae a grandes números de personas durante los equinoccios de primavera y otoño.
Los aztecas preparaban el cacao de la misma forma que los olmecas y los mayas. Molían los granos y agregaban agua para crear una bebida amarga. Añadían otros ingredientes y especias locales como ajonjolí, anís, vainilla, pimienta, miel, maíz y chiles. La bebida de cacao, a la cual llamaban “xocoatl” en su idioma náhuatl, se servía con una gruesa capa de espuma y era consumida por las élites sociales. Se dice que Moctezuma, el emperador azteca, consumía cacao todos los días. Los aztecas también usaron el cacao con propósitos medicinales y rituales, incluyendo su ofrecimiento durante los sacrificios humanos.
Se cree que monjas españolas que vivían en Puebla fueron las primeras en agregar azúcar, canela, huevos, almendras y vainilla para preparar la receta que actualmente se llama “chocolate mexicano”. También se dice que los españoles molieron el cacao para formar tabletas sólidas e introdujeron la idea de usar el chocolate como un ingrediente de cocina. En la actualidad, el chocolate continúa jugando un papel importante en la cocina mexicana, y es un ingrediente clave en uno de los platillos más tradicionales del país: el mole poblano, oriundo del estado de Puebla.

Los estados de Puebla, Oaxaca y Tlaxcala aseguran que en sus tierras nació el mole. Lo que es un hecho es que ahí encontrarás diversas variedades de esta exquisita y compleja salsa. Al estado de Oaxaca frecuentemente se le llama la “tierra de los siete moles” debido a las siete variedades únicas que tradicionalmente se preparan aquí. Al estado de Puebla se le relaciona con el mole poblano, una de las variaciones más conocidas de este manjar. El mole poblano se prepara con más de 20 ingredientes que incluyen chocolate y chiles.
El cacao también es el ingrediente principal de la bebida tradicional mexicana conocida como tejate. El Tejate se prepara con maíz y cacao molidos y se sirve frío. El origen del tejate puede rastrearse a la era prehispánica; en la actualidad se prepara y consume en las comunidades mixtecas y zapotecas enclavadas en Oaxaca, en el sur de México.

Los granos de cacao se usan en la preparación del chocolate de metate. El proceso de producción del chocolate molido inicia con el tostado de granos de cacao, que luego se muelen en un metate. Los granos molidos se calientan y se forma con ellos una pasta con la que se elaboran tabletas para preparar chocolate caliente. Con cacao también se prepara el champurrado, una versión de atole, una bebida caliente a base de maíz que se sirve con tamales los días festivos y en ocasiones especiales.